Una colección a la altura del nombre que la firma, con el azul oscuro, las rayas, las maxi gabardinas y la calidad de tejidos y acabados como pilares impecables para la estación cálida del próximo año. Pocas concesiones por parte del belga a los tópicos de color, luz y formas propios de la primavera y compromiso con una sobriedad que no está reñida con la creatividad. Esa podría ser la idea general de un desfile que renueva el aire de París on savoir-faire y marcada personalidad. Empezamos.
Papel estelar para el azul petróleo, que transmite sensación de profundidad y elegancia, a veces con acabado satinado para añadir aún mayor clase en blazers sobre camisas negras, chaquetas muy estructuradas a base de bolsillos, cremalleras y botones y en prendas más deportivas.
También lo hemos visto en shorts justo por encima de la rodilla, jerséis de punto y sobre todo en los pantalones, chinos algo holgados con una caída fantástica o incluso cargo.
Un azul en maridaje con el negro (mate y brillante), el blanco y el rojo a través de la suma de piezas o en la misma prenda a través de grandes franjas o de rayas: estas últimas conforman un print que Van Noten ha convertido en seña de identidad para la colección, como una patente. Es sofisticado como plano de fondo de un traje de chaqueta azul; resulta navy e informal en los shorts acompañados de camisa blanca y es un poco más circense en pantalones largos y anchos.
El océano también se comunica con tonos tierra, muy presentes con los mismos planteamientos que la triada de colores anterior. Hay marrones chocolate y castaños en jerséis de rejilla que huyen de ajustarse al cuerpo o de cualquier frivolidad similar así como en monos (empezamos a ver bastantes señalizaciones en esta última dirección); camisas arremangadas, ocres en gabardinas para la lluvia.
También hemos visto granates: la paleta cromática es breve pero muy coherente, habitual en Van Noten.
Poquísima piel al descubierto: su diseñador viene de y cree en el Norte, resulta lógico que apueste por ello y que al mismo tiempo acabe imprimiendo otros sellos, como el de un clasicismo evolucionado gracias a formas y tejidos tecnológicos. El resultado podría ser un hombre preppy con querencia por lo industrial y la vanguardia menos naif, más consciente, más grave.
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