Siempre me gusta ver qué propone Phillip Lim en sus colecciones bajo la marca 3.1 Phillip Lim. Diseños sencillos, un estilo que combina la idea de renovar los básicos con aportar una versión sofisticada perfecta para los compradores objetivos de la firma: la clase alta que no busca hacer ostentación alguna pero tampoco quiere una firma cualquiera.
En su colección Crucero 2012, el joven diseñador tailandés no se sube al tren de las colecciones Crucero como una exaltación al verano y al buen tiempo, más bien parece pensar en el otoño; pasaría por Pre-Fall sin problemas. Ni siquiera incorpora ningún body, él prefiere vestidos de corte recto, con cremalleras y diseños cruzados, así como formas amplias y cómodas.
Los pantalones harem visten a la mujer junto a peep toes de fino tacón, una curiosa antítesis de comodidad. Los monos también abundan al lograr esa amplitud del patrón y de paso se suman los pantalones palazzo o las bermudas que compiten con los shorts entre el largo, o bien hasta casi la rodilla o un más reducidos.
En esta colección abundan sus queridos looks negros y blancos, es más, el color estival ni lo vemos, salvo el naranja junto al rojo, que llega en su extremo en un total look, puesto que el resto es dominado por colores camel, amarillos muy suaves y varios animal prints en conjuntos completos dignos de borrarlos de la memoria.
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