domingo, 1 de mayo de 2011

Icons! Isabella Blow: la editora de moda británica más particular

Excéntrica, intuitiva, depresiva, creativa, son algunas de las cualidades de esta mujer que supo forjar una imagen particular en el universo de la moda, al usar los sombreros más estrafalarios. Tuvo un sentido natural del estilo y buenos presentimientos acerca de las direcciones futuras. Para Isabela la moda era su vida, es así que por y para ella hizo todo lo que tuvo a su alcance, como haber descubierto a jóvenes talentos capaces de dar una nueva mirada sobre este mundillo, a veces repetitivo.
La industria de la moda está conformada por un sinfín de personajes, de los que destacan los diseñadores y las modelos, aunque también aquellas personalidades, estilistas o editores de moda, que dicen “esto sí, esto no”. Así como la estadounidense Anna Wintour, quien está a cargo de la Vogue de los Estados Unidos, se dedica a subir a la cima o bajar a los infiernos, a creativos o modelos, la británica Isabella Blow, destacó por dar a conocer talentos insuperables en este universo.
Sobresalió no sólo por sus aptitudes de visionaria, sino también por su excentricidad, reflejada ante todo en su imagen, haciéndose famosa por sus extravagantes sombreros (siempre lucía una creación del diseñador Philip Treacy, que se dedica a hacer algunos muy estrambóticos). Pero además, y lo más importante de todo, es que fue la directora de la sección de moda de publicaciones súper prestigiosas, como Vogue UK, Tatler y el dominical The Sunday Times.
Fue, sin dudas, la reina de la moda británica, y quien permitió el despegue y la expansión del diseño inglés en la década del noventa. Nació en Londres, Inglaterra, el 19 de noviembre de 1958, siendo hija de Evelyn Delves Broughton y nieta de Jock Delves Broughton (procesado, en 1941, por el asesinato del 22 conde de Erroll en Kenia, pero fue absuelto), dos personalidades de la aristocracia británica del siglo XX.


En 1979 se mudó a New York, donde se formó en arte chino antiguo, en la Universidad de Columbia. Un año después, ella abandonó sus estudios y se fue a Texas, donde comenzó a trabajar con Guy Laroche. En 1981 se casó con Nicholas Taylor (de quien se divorció en 1983), y ese mismo año se convirtió en la asistente de Anna Wintour, quien dirigía la Vogue USA.
Al poco tiempo de haber comenzado esta labor, Isabella se convirtió en la asistente de Andre Leon Talley, quien hoy es editor de esta misma publicación. Mientras trabajaba en New York, por los años ochenta, entabló amistad con los artistas estadounidenses Andy Warhol, la gran figura del arte pop, y Jean-Michel Basquiat. En 1986 volvió a su ciudad natal, y comenzó a trabajar para Michael Roberts, el director de moda de Tatler y de la revista de estilo The Sunday Times.
En 1989 se casó, en segundas nupcias, con Detmar Blow (su esposo hasta el fin de su vida), y fue el diseñador Philip Treacy quien le realizó su vestido de novia. En 1993, Blow trabajó con el fotógrafo Steven Meisel, en la producción de “Babes in London.

Además de haber sido durante los últimos años de su existencia la directora de moda de la revista Tatler, fue consultada por prestigiosas marcas internacionales, como DuPont Lycra, Lacoste y Swarovski.
En 2002, se convirtió en protagonista de una colección, titulada “When Philip met Isabella” (hay un libro que lleva el mismo nombre), en el London Design Museum, principalmente basada en bosquejos y fotografías de los diseños que usó de Treacy. En el invierno de 2005 la exhibición se llevó a Dublin, Irlanda y fue un gran éxito, por lo que se extendió hasta abril de 2006.
Asimismo, antes de morir, fue la directora creativa y estilista de una serie de libros acerca de la belleza en el mundo árabe, los cuales fueron producidos por el empresario fashion de Kuwait, Sheikh Majed al-Sabah.
Vale destacar a la gente que descubrió, quienes por ende le deben su carrera, como el diseñador británico Alexander McQueen (a quien le compró toda su colección de graduación), y los otros creativos Jeremy Scoot, Julian Macdonald y Hussein Chalayan; o las modelos Sophie Dahl y Stella Tennant. Pero sobre todo al creador de los sombreros más raros, Philip Treacey, de quien siempre llevada un modelo en su cabeza.
Asimismo, se dedicó a impulsar la carrera de John Galliano y Stella McCartney, dos de los mejores diseñadores británicos de la actualidad, quienes han logrado conquistar la moda a nivel internacional.

Murió a los 48 años de edad, el 7 de mayo de 2007, al ingerir un insecticida. Su marido, Detmar Blow -conocido galerista y marchante-, dijo a la prensa que su esposa había muerto debido al cáncer de ovarios, que se le había diagnosticado hacía poco tiempo. Sin embargo, el médico forense detectó la presencia de un insecticida en el cuerpo de Isabella.
Sus allegados han señalado la marcada tendencia a la depresión que tenía Blow, ya que había intentado suicidarse en dos ocasiones, en 2005 y 2006. Quienes la conocían, como el joven diseñador Zac Posen, sabían que la idea del suicidio formó parte de su vida y de su personalidad.
Un dato curioso, es que tanto su padre como su abuelo también se suicidaron tomando algún tipo de veneno. Por su parte, el diseñador Philip Treacy, su protegido, la definió como una creadora que se destacó por su espíritu libre y por “su corazón punk.

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