Bien sea en vestidos, blusas o pantalones, la simplicidad del blanco se impone, y son los materialez como el encaje, la gaza y los tejidos los que le dan la femineidad al outfit. Además, este color es perfecto para estas dos estaciones en las que el calor hace de las suyas; el blanco refleja la luz y hace que estes mucho más fresca a lo largo del día.
Su incomparable elegancia hará que no pases desapercibida y es perfecto para combinar con accesorios de algún color que te encante, pues hará que la pieza contrastante llame aún más la atención.
Si tu preocupación es el efecto óptico de aumento de peso que muchas veces crea el color blanco, busca prendas ceñidas en la cintura que marquen la silueta y trata de utilizarlo en combinación de tonos, es decir, aprovecha la gama que va desde el blanco puro hasta el marfil. Las diferencias sutiles entre las tonalidades harán que te veas más estilizada y tú te sentirás mejor al no ir vestida completamente de blanco.
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